Navegar en solitario es una elección que tiene una serie de consecuencias. La primera es que no dependes de nadie para navegar, ya que lo decides por ti mismo, sin contar con otros. Otra es que las decisiones a bordo se toman por uno mismo, sean buenas o malas. La última es que no tienes que aguantar el carácter de los demás tripulantes. Solamente te enfadas contigo mismo.

Se puede ser un navegante solitario haciendo navegación de crucero o de regata. Ambos casos son totalmente diferentes porque no tiene nada que ver estar sometido a la presión y el ritmo de una regata que a la tranquilidad con la que se navega de crucero. Muchos comienzan navegando en solitario sin pretender hacer regatas pero luego acaba picándoles el gusanillo y participan en ellas. Pero, ¿estamos todos preparados para navegar en solitario? Evidentemente no. Primeramente son las ganas que tengamos y en segundo lugar es la preparación física y mental, sin olvidar que el barco también lo debemos tener preparado para ese tipo de navegación.

La preparación mental es imprescindible para afrontar muchas actividades de riesgo, y navegar es una de ellas. Vamos a tener que enfrentarnos a situaciones extremas que van a requerir agilidad mental y nervios de acero. Cuando vamos acompañados en un barco podemos consultar con alguien más cómo solucionar un problema. Si vamos solos, no. Por ello, tenemos que estar preparados para esos imprevistos y debemos tener recursos psíquicos para solucionarlos. Nadie sabe cómo reaccionará ante determinadas situaciones pero sí que es posible preparase previamente puesto que hay técnicas para ello. Por supuesto que la preparación física también tiene mucha importancia puesto que los esfuerzos que requiere la maniobra de un barco de vela en solitario son mucho mayores que si están varios tripulantes para ayudar. También debemos tener conocimientos de primeros auxilios por si se presenta alguna emergencia sanitaria que la tendremos que solucionar por nosotros mismos y con nuestros escasos medios. Hubo un participante de una regata en solitario alrededor del mundo que tuvo que coserse la lengua puesto que se la había partido en dos en un accidente. En este caso siguió los consejos de un médico a través de la radio y la pudo salvar, pero no debió de ser nada agradable para él.

Otro aspecto que hay tener en cuenta es la maniobra del barco. Debemos revisar si la tenemos preparada realmente para una navegación en solitario. Actualmente los sistemas han evolucionado mucho y existen aparejos perfectamente adaptados para navegar en solitario o con tripulación reducida. Aparte, también debemos tener en cuenta que una maniobra estando solo en un barco no se hace igual que con tripulación completa y lo fundamental para que salga bien es la anticipación y preparación previa. Por ejemplo, una virada o el arriado de una vela, si no se tienen en cuenta algunos trucos, pueden ser un desastre. Es básico el adujado previo de las escotas y drizas pero para que salgan sin ninguna coca o nudo. Este adujado tiene que ser específico en forma de ochos, no vale cualquiera.

Un elemento fundamental para la navegación en solitario es el piloto automático. Éste es el mejor compañero del navegante solitario y por ello debe funcionar perfectamente. Para ello es necesario prestarle toda la atención posible, haciéndole un mantenimiento mínimo y vigilando a menudo que funcione correctamente.

La alimentación también es básica para aguantar bien sin desfallecer. Los alimentos frescos, siempre que se puedan mantener refrigerados es lo mejor. No obstante, existen alimentos deshidratados que se pueden preparar fácilmente. Además, se debe llevar una buena provisión de frutos secos y de barras de cereales para poder comer entre las comidas principales y también en previsión de que no podamos cocinar porque haya mala mar. Hay que tener en cuenta que yendo solo no se puede desaparecer mucho tiempo de la cubierta.

El sueño es el caballo de batalla de todo navegante solitario que navegue en travesías de varios días de duración. Los navegantes solitarios profesionales suelen entrenarse en tierra, despertándose con frecuencia durante la noche mediante un despertador. Esto que nos podría parecer una tortura china, servirá para entrenar al cerebro en periodos cortos de descanso. Es fácil que el cansancio pueda con una persona que navega sola, y se han dado casos en los que por aguantar despierto muchas horas sin respetar los ciclos de descanso, un barco ha varado después de que el patrón se haya quedado dormido justamente al llegar a recalar en tierra.