Entrevistamos en esta ocasión a Jaime Oliver, ingeniero naval pero sobre todo arquitecto, ya que es especialista en diseñar las formas de todo tipo de barcos. A lo largo de su dilatada trayectoria en el diseño naval, Jaime ha pasado de los grandes astilleros en los que se construían barcos mercantes hasta su actual estudio (Oliver Design), ubicado en Getxo, y donde se diseñan, entre otros,  grandes barcos de pasajeros.

Jaime, cuéntanos cuáles fueron tus comienzos en el diseño de yates, ya que hasta ese momento te habías dedicado a diseñar barcos comerciales. Todo comenzó por casualidad, ya que yo trabajaba en ese momento en Astilleros Españoles y una persona que contactó conmigo, pensó que por ser yo un ingeniero naval podría diseñarle el barco que él quería. En la Escuela de Ingenieros Navales, en aquella época, no te instruían en lo que era el diseño específico de barcos y ni siquiera en la propia construcción. Ese conocimiento lo adquirías en el propio astillero donde comenzaras a trabajar. Como yo soy una persona que siempre he tenido mucha confianza en mí, con ideas propias en cuanto al diseño de los barcos, me puse manos a la obra sin dudarlo, ya que me gustaba el reto. Hice un primer boceto, le gusto al cliente y fue el punto de partida del diseño.

Perdona que te interrumpa, Jaime. Has hablado de tener ideas propias y tengo entendido que tienes una clave que es el “CID”. Explícanos qué es y cómo lo aplicas en tus diseños. El CID, es el acrónimo de Creativo, Innovador y Diferente. La clave del diseño, es estar inspirado para hacerlo y siempre he orientado mis trabajos en base a las ideas propias.  No me gusta la construcción en serie ya que considero que hay que distinguirse de los demás, y siempre va a existir ese cliente que busca algo diferente, es decir, algo que no esté ya en el mercado. En otro caso te conviertes en un engranaje más de lo que ya existe. En base a esto, y como continuación de la historia del diseño y construcción de mi primer yate, busqué un constructor y me decidí por un astillero que en aquella época tenía sus instalaciones en Santurce (Vizcaya). Este astillero era Astondoa, que actualmente está ubicado en Santa Pola (Alicante), y tiene mucha fama por sus yates de motor. Elegí este astillero porque en aquellos años estaba especializado en la construcción de barcos a motor de madera, con una gran calidad en los mismos.

Los diseños comienzan con un boceto hecho a mano por Jaime

¿En qué te inspiraste para el diseño de aquel barco? Era el año 1967 y viajé a Italia, país en el que ya existían astilleros de prestigio en el diseño y la construcción de yates, y visité varios de ellos para ver cómo trabajaban. Asistí también a salones náuticos como el de Barcelona y el de País y así fui adquiriendo conocimiento e ideas para aplicarlos en este nuevo barco.

Imagino que financiar la construcción de un barco, partiendo de cero, y no disponiendo del capital suficiente, no tiene que ser una tarea fácil. En efecto, un asunto importante era la financiación, ya que partía de la nada y arriesgando mi propio capital; el dinero tenía que salir de algún lado. La idea era que mientras comenzaba la construcción del barco, tenía que buscar un segundo cliente ya que no iba a ganar prácticamente nada con este primer barco debido a los costes que conllevaba su construcción. Aprendí que había que invertir lo que obtuviera con la venta del siguiente Por ello busqué y encontré el segundo cliente. Me basé en la filosofía de que hay que buscar al cliente y ofrecerle lo que quiere. Este segundo barco lo vendí y ya comenzó a ser rentable el negocio. Conseguí una concesión del puerto de Bilbao y construimos una nave específicamente para nosotros. A partir de este momento nace la marca “Revilo” (Oliver al revés). Los barcos tenían un gran éxito ya que se construían en madera contrachapada, una novedad en aquella época. Asistíamos al salón náutico de Barcelona y siempre volvíamos con varios encargos. En total se hicieron 27 yates con esta marca. Hay que tener en cuenta que el resto de astilleros en España construía en serie y en fibra de vidrio, salvo algunas pocas excepciones. Vuelvo a insistir en que el cliente que nos encargaba un barco era exclusivo y buscaba algo diferente que no estuviera ya en el mercado.

Entonces hay que montar una infraestructura alrededor del astillero para poder dar salida a tanto barco sin parar la producción. ¿Cómo se hizo esto? Lo que hice fue organizar los talleres de carpintería, mecánica, pintura, etc., en el mismo astillero, y además una oficina técnica en la que trabajábamos solamente tres personas: una secretaria, un delineante y yo. De hecho, la oficina propiamente dicha comienza en mi casa particular y continúa en un pequeño estudio de alquiler.

¿Por qué te decantaste por el diseño de barcos de motor y no de vela? Me especialicé en yates de motor porque nadie me los encargaba de vela. Posteriormente, en la época de Astilleros Celaya y ya con el estudio actual, sí que hemos diseñado varios yates grandes de vela, pero en aquella época no me los demandaban.

Uno de los «Revilo», expuesto en el Salón Náutico de Barcelona

Brevemente, ¿cómo finaliza esta etapa de los “Revilos”? Por diversas circunstancias que serían muy largas de relatar aquí, entre otras la crisis de los años 80 que afectó a todos los astilleros, cerramos con una gran deuda. Gracias a un buen amigo mío ingeniero naval, comienzo otra etapa en Astilleros Celaya con la construcción en acero de varios yates de gran eslora, novedad en esa época para ese astillero,  y también 5 buques escuela para diversos países de Sudamérica.

Estamos a  principios de 2017, ¿cómo ves  la situación actual en el diseño de yates? En esloras grandes hay un amplio mercado internacional. En 2016 se  han construido del orden de unos 30 barcos a nivel mundial en esloras superiores a 100 metros. Hay que considerar que de los 100 barcos mayores del mundo, el más grande tiene 180 metros de eslora, y el menor 80 metros. En este tipo de barco sigue predominando el yate de motor aunque también hay mucha construcción de barcos de vela grandes, tipo “maxi”. A nivel general creo que se está produciendo una recuperación en el mercado, después del bache de la gran crisis que hemos sufrido estos últimos años.

Nos despedimos de Jaime en su estudio actual de diseño naval, Oliver Design, que está especializado en el diseño y construcción de grandes barcos de crucero “llave en mano”, además de las obras de transformación de barcos de diversos tipos. También vemos algunos bocetos de grandes yates, como el de uno de motor de 65 metros de eslora, que deseamos que se haga realidad próximamente.