Cuando preparamos una salida para navegar, sabemos que el factor principal que condiciona la navegación es la meteorología. Disponemos de información abundante en Internet, a la que acudimos todas las veces que necesitamos consultarla, incluso una vez que estamos navegando.

No obstante, no debemos olvidar que esa información se elabora a partir de los datos que sobre temperatura y presión atmosférica proporcionan los centros meteorológicos y a su vez es interpretada por los meteorólogos. Comprobamos a menudo que no coinciden exactamente las informaciones entre unas páginas y otras, aunque suelen ser parecidas. Es recomendable consultar al menos tres páginas meteorológicas para contrastar la información y hacernos una “media” de esa información para poder tener un parte fiable.

Pero el objeto de este artículo no es centrarnos en la información de Internet, que es buena, sino tener en cuenta que nosotros mismos si estamos atentos al ambiente que nos rodea y utilizamos ciertos aparatos sencillos, podremos también saber el tiempo que vamos a tener. De muchos es conocido el consejo que se suele dar a los navegantes que nunca han navegado por una zona, que básicamente es preguntar a los “locales” por el tiempo. En todos los puertos suele haber personas a las que podemos preguntar porque conocen los fenómenos meteorológicos locales que afectan a esa zona.

De todos modos, nosotros mismos si no hemos olvidado los conceptos básicos de la meteorología podremos también predecir el tiempo midiendo la dirección del viento, la temperatura y la presión atmosférica. Si además lo completamos con una atenta observación del cielo y las nubes, aún será más fiable. Esta predicción sirve para la zona “templada”, es decir, desde los trópicos hasta los círculos polares. Vamos a referirnos, concretamente, al hemisferio norte. El viento es fácil saber de dónde viene con ayuda de una veleta o catavientos, además de un compás si no conocemos la situación de los puntos cardinales en la zona. Para la temperatura nos bastará con un termómetro o con la sensación térmica de nuestro propio cuerpo, que es el mejor indicador. Por último, para saber la presión atmosférica, necesitaremos consultar un barómetro.

Las reglas básicas que debemos tener en cuenta en la zona templada son dos:

La primera es que un aumento de la temperatura acompañada de viento de componente sur y de una bajada del barómetro nos avisan de la proximidad de mal tiempo. Esto es debido a que lo primero que suele aproximarse cuando llega una borrasca es el viento cálido (aumento de la temperatura). Además, las borrascas generalmente se desplazan desde el Oeste hacia el Este, lo que hace que primero notemos el viento de componente sur. Como se acerca una borrasca, la presión atmosférica tenderá a disminuir porque la presión más baja está en el centro de la borrasca. El cielo suele avisarnos de la llegada de la borrasca con nubes tipo “cirro”, que tienen un aspecto lechoso y van cubriendo el cielo poco a poco. Estamos en la zona afectada por el frente cálido (parte delantera de la masa de aire cálido de la borrasca). La temperatura subirá por el motivo apuntado anteriormente. Cuando entre la masa de aire cálido llegarán los estratos, que son nubes bajas en forma de capa, y que en su variedad de “nimbostratos” suelen dar lugar a precipitaciones más o menos persistentes.

La segunda regla nos servirá para saber cuándo está entrando la masa de aire frío de la borrasca y, consecuentemente, mejorando el tiempo. En ese momento la temperatura bajará rápidamente. El barómetro comenzará la subida porque al alejarnos del centro de la borrasca la presión atmosférica aumenta progresivamente. El viento comenzará a soplar de componente noroeste y posteriormente rolará hacia el norte-nordeste. Las nubes que se observan en la entrada del frente frío son principalmente cumuliformes, es decir, en forma de montón y de extensión vertical. Son los cumulonimbos y cúmulos. Los primeros producen chubascos fuertes, a menudo acompañados de tormenta y granizo. A medida que vaya avanzando el frente irán apareciendo los cúmulos que son las nubes que claramente indican una mejoría del tiempo. La temperatura seguirá bajando y la presión atmosférica, aumentando.