En su ocaso definitivo, la navegación mercante a vela tuvo un episodio que supuso una gran tragedia para la marina alemana. Este suceso fue el hundimiento del «Pamir». El «Pamir» se botó en el año 1905. Hizo sus viajes a través de la ruta del Cabo de Hornos hacia Chile, para cargar el preciado nitrato. Sobrevivió a las dos guerras mundiales, aunque durante la Segunda Guerra Mundial estuvo internado en Nueva Zelanda, perteneciendo a la flota de Erikson.

El "Pamir" cuyo trágico final supuso el fin de una era (Australian National Maritime Museum)

El «Pamir» cuyo trágico final supuso el fin de una era (Australian National Maritime Museum)

Como comentaba en el capítulo anterior, en 1948 fue devuelto a su propietario, aunque en 1950 lo compró el gobierno alemán, que lo puso a disposición de su marina mercante como buque-escuela. Además de las labores de formación como escuela, embarcaba también carga, aprovechando sus viajes de instrucción. Se le instaló un motor auxiliar para que pudiera tener autonomía a la hora de realizar las maniobras de entrada y salida de los puertos y para las encalmadas.

En uno de sus viajes, en 1957, había cargado trigo en Buenos Aires con destino a Inglaterra. Estando cercano a las islas Azores, el viejo buque no sabía que estaba en la trayectoria del huracán «Carrie». Este huracán se aproximó muchísimo a Europa, como a veces ocurre, teniendo la mala suerte de encontrarse con el «Pamir». Era el día 21 de Septiembre. El barco comenzó a sufrir los embates del viento y en pocas horas dio la vuelta y se hundió. Al parecer, les sorprendieron tan rápido las rachas de viento,  que no les dió tiempo a cargar las velas para poder adrizar el barco. Pudieron enviar un mensaje de socorro que fue captado en las Azores, enviando inmediatamente ayuda. Murieron 80 miembros de su tripulación y solamente sobrevivieron 6, después de permanecer 3 días a la deriva en un bote salvavidas.

El "Peking", actualmente museo flotante en Nueva York

El «Peking», actualmente museo flotante en Nueva York

Pero no todos los barcos sucumbieron a la fuerza del mar. Por ejemplo, el «Peking» – del cual existe una reportaje fantástico, rodado por un americano en uno de sus viajes en el año 1929- es actualmente un museo flotante en Nueva York. En relación al reportaje citado, primeramente pasan un temporal en el mar del Norte que produjo el hundimiento de varios barcos y, posteriormente, salen unas imágenes espectaculares de uno de los temporales que sufrieron cerca del Cabo de Hornos y en el cual se ve cómo se rifan unas cuantas velas, que literalmente explotan debido a la fuerza del viento. Además sufre la pérdida de algunos de sus tripulantes en dicho viaje.

El "Sedov", antiguo buque de carga y actualmente buque-escuela ruso (Fotografía: Alfonso Hernández)

El «Sedov», antiguo buque de carga y actualmente buque-escuela ruso

Otros barcos de carga se convirtieron en buques-escuela de las diferentes armadas y marinas civiles del mundo. Por ejemplo, el antiguo «Padua», actualmente el «Kruzenstern», pertenece desde 1946 a Rusia, ya que fue entregado como compensación a los daños de guerra por parte de Alemania. Este es uno de los barcos más grandes que existen actualmente, junto con el «Sedov», que también pertenece a Rusia. Ambos barcos hicieron la ruta del Cabo de Hornos. El «Padua» lo hizo bajo la bandera de la compañía «P». El actual «Sedov» perteneció a dos armadores diferentes y tuvo dos nombres anteriormente. Primeramente «Magdalene Vinnen», que era el nombre de la hija del armador, y posteriormente «Kommodore Johnsen», aquí bajo la propiedad de la Norddeustscher Lloyd. Durante su permanencia en esta compañía, participó en la ruta del grano de Australia. Además servía de buque de instrucción para los futuros oficiales de la Marina Mercante Alemana. Después de la guerra, ambos buques fueron entregados a Rusia, y actualmente sirven de buques-escuela bajo la propiedad del Ministerio de Pesca. Desde hace unos años, atraviesan por serias dificultades económicas para costear su mantenimiento.

El Kruzenshtern, antiguo Padua. Este enorme velero pertenece en la actualidad a Rusia

El «Kruzenshtern», antiguo «Padua». Este enorme velero pertenece en la actualidad a Rusia

Hay tres barcos gemelos que pertenecieron a Alemania y que actualmente son buques-escuela de otras marinas. Se trata de los bricbarcas de tres palos: «Mircea», «Sagres» y «Eagle». Fueron buques-escuela pertenecientes a la marina alemana y se construyeron antes de la Segunda Guerra Mundial. El «Sagres» es el buque-escuela de la Marina de Portugal. Se entregó primeramente a Brasil después de la guerra y le llamaron «Guanabara». En 1962 lo compró Portugal para sustituir al primer «Sagres». Son muy características las cruces que lleva dibujadas en sus velas.

El otro barco gemelo del «Sagres» es el «Eagle», del Coast Guard americano. Primeramente se llamaba «Horst Wessel». Durante la guerra fue utilizado como transporte. En 1946, los americanos se interesaron por él y enviaron a una tripulación para hacerse cargo del barco. Como lógicamente no conocían el barco, en su travesía hacia los Estados Unidos fueron acompañados por parte de los antiguos miembros de la tripulación del barco. Durante la travesía sufrieron un gran temporal que, entre otras averías, produjo la pérdida de varias velas. Los americanos, según se cuenta, pasaron miedo. Los antiguos tripulantes del barco conocían muy bien la maniobra y, además, muchos de ellos eran antiguos «cabo-horneros» con lo cual no tuvieron mayor problema en conducir el barco con seguridad hasta su destino. Ambos barcos, el «Sagres» y el «Eagle», son barcos muy rápidos y sólidamente construidos en los astilleros Blohm und Voss de Hamburgo.

El «Sagres», antiguo buque alemán y actualmente buque-escuela de la Marina de Guerra Portuguesa

Por último, merece la pena nombrar a otro barco que también es actualmente un buque-escuela y que hizo diversas rutas como mercante. Este buque es el «Belem», perteneciente a Francia. Es algo menor que los nombrados anteriormente, pero no por ello menos majestuoso. Fue construido a finales del siglo XIX, e hizo la ruta desde Francia hacia las Antillas. Posteriormente perteneció a varios propietarios, entre otros, al duque de Westminster y también a Ernest Guinness, dueño de la famosa fábrica de cervezas. Después de muchas vicisitudes, e incluso de haber estado medio abandonado, volvió a pasar a manos francesas.

El "Belem", buque francés, a toda vela

El «Belem», buque francés, a toda vela

Como epílogo a estos modestos apuntes sobre los últimos barcos mercantes de vela, cabe decir que los herederos de la tradición más pura de la navegación son actualmente los buques-escuela de vela de las diversas marinas del mundo, que son además embajadores de los países bajo cuya bandera navegan. Aunque muchos consideren que la navegación a vela ya no tiene sentido, la mejor escuela del mar sigue siendo la formación a bordo de estos buques.