El buque-escuela “Juan Sebastián De Elcano” es un buque de vela perteneciente a la Armada española. Botado en los Astilleros Echevarrieta y Larrinaga de Cadiz en 1927, fue entregado en el año 1928. Hizo un primer viaje de prueba y al finalizar el mismo, le fue entregada la bandera de combate en el puerto de San Sebastián, regalo de la Diputación Foral de Guipuzcoa.

Tiene un aparejo de bergantín-goleta de cuatro palos (velas cruzadas en el trinquete y velas de cuchillo en el resto de los palos). Es una configuración peculiar para un buque escuela de su porte, ya que muchos de los buques de otros países, y que cumplen la misma misión, arbolan aparejo de bricbarca (aparejo de cruz en todos los palos excepto en el mesana) o de fragata (aparejo cruzado con tres palos como mínimo). El aparejo de bergantín-goleta tiene la ventaja de que se precisan menos marineros en los palos a la hora de tener que dar la vela o reducirla, aunque no es tan bello y espectacular como los otros aparejos citados.

En este buque-escuela se forman los oficiales de la Armada Española, y para ello efectúan un crucero de varios meses de duración, recalando en varios puertos de diferentes países. Estos alumnos se llaman “Guardiamarinas”, nombre que viene de la época de Felipe V, cuando en 1717 se creó la Compañía de Guardias Marinas en Cádiz para formar a los futuros oficiales de la Armada.

El Elcano, aparte de buque-escuela para el aprendizaje de la vida marinera, es además un perfecto embajador de España en todos los países que visita. La ruta se planifica cuidadosamente para que las recaladas en los puertos se realicen en las fechas previstas. Para ello, se establecen las fechas de llegada y salida de cada puerto. A pesar de esto, a menudo el buque ha tenido que saltarse alguna escala debido a imprevistos relacionados fundamentalmente con la meteorología. Dispone de un motor diesel auxiliar que a veces hay que utilizar más de lo que desearía la tripulación para poder llegar a tiempo al puerto. Pero también ha habido que hacer escalas imprevistas debido a bajas producidas por accidente o enfermedad, en algunos casos incluso repatriando al tripulante afectado.

Una vez en puerto, comienzan las visitas al buque y también las visitas de los Guardiamarinas a los lugares de interés cultural o científico que hayan sido previstos antes de la llegada. Se suelen organizar comidas y cócteles a bordo, invitando a embajadores e incluso a jefes de estado. Por ello todo tiene que estar perfectamente organizado y sincronizado, para no dar lugar a posibles conflictos diplomáticos.

En el barco embarcan varios oficiales profesores que tienen la misión de impartir las clases de las diversas materias a los Guardiamarinas. Los alumnos reciben clases sobre las asignaturas propias de la navegación (Astronomía, Maniobra y Meteorología) pero también otras no menos importantes como Geografía, Inglés y diversas conferencias sobre cultura general e historia de los países que visitarán. Todos los días, los alumnos tienen que observar la meridiana y las estrellas con el sextante, haciendo los cálculos que serán supervisados por el oficial correspondiente. Además deberán participar en las maniobras generales del barco, por ejemplo subiendo a los palos y dando el velamen o cargándolo cuando sea necesario.

El buque ha efectuado varias vueltas al mundo y numerosos viajes de instrucción, prácticamente cada año desde la entrega del buque a la Armada española. Salvo periodos obligados de carenado y de grandes obras de reforma, el buque ha hecho un crucero todos los años.

Este año 2019 el buque recalará en el mes de julio en el puerto de Guetaria para rendir homenaje a la persona que da nombre al barco, Juan Sebastián Elcano, ya que este año se cumplen quinientos años de la vuelta al mundo que finalizó Elcano tras tomar el mando después de la muerte de Magallanes. Con posterioridad navegará hacia Bilbao donde permanecerá durante tres días atracado en el puerto para poder ser visitado.