Recientemente leía en un periódico de las Islas Baleares un artículo en el que una persona que tenía un negocio de alimentación en Ibiza declaraba con las mismas o parecidas palabras lo siguiente: “menos mal que este verano han seguido viniendo los barcos”. No se refería ni a los cruceros ni a los barcos mercantes ni a los de pesca, no. Se refería a los centenares de barcos de recreo que pasan por allí todos los veranos.
Después de tres duros meses de confinamiento por el Covid 19, y con la incertidumbre de si tendría que echar la persiana definitivamente, la mujer veía cómo el negocio se salvaba gracias a los barcos de recreo.
Es fácil es pensar que los yates son únicamente de los ricos, que también lo son, pero al fin y al cabo un yate es un barco que se dedica al recreo, sin fines profesionales, salvo excepciones como ocurre con los barcos de alquiler. Hay yates grandes, medianos y pequeños. Cada cual tendrá el que le permita su presupuesto, como con todo en esta vida.
Los yates mueven mucho dinero alrededor de ellos. Voy a enumerar solamente unos pocos negocios que viven durante todo el año de los barcos de recreo:
Mecánicos navales: venden, reparan y ponen a punto los motores de los barcos.
Marineros y personal de los puertos deportivos: encargados del mantenimiento y vigilancia de los pantalanes, grúa del puerto, suministro de combustible, etc.
Reparadores y pintores: se encargan de todo tipo de reparación de los cascos y elementos diversos del barco.
Tiendas de náutica: suministran accesorios para los barcos como aparatos electrónicos, herrajes, cabos, anclas, cadenas, aparejos de pesca, etc.
Velerías: fabrican a medida y reparan las velas para los barcos además de fundas, toldos, etc.
Escuelas de náutica: preparan a todos los que quieren obtener una titulación de patrón de recreo, además de impartir las prácticas obligatorias para cada título.
En verano aumenta exponencialmente la navegación de recreo por un motivo obvio que es la llegada del buen tiempo, y entonces se suman otros negocios que también viven de la náutica:
Tiendas de alimentación.
Restaurantes. En los puertos deportivos y en los lugares con playas accesibles para los barcos.
Lavanderías (sobre todo para los barcos de alquiler y grandes yates).
Suministradores de combustible. Aparte de las gasolineras que hay en los puertos deportivos, muchos barcos grandes necesitan suministro directo en el propio lugar de atraque.
Tripulaciones. En yates de alquiler y grandes yates son necesarios patrones, marineros, camareros, cocineros y personal de máquinas. Hay que tener en cuenta que los barcos cada vez son más complejos y llevan sistemas electrónicos y mecánicos que requieren de conocimientos específicos.
Esto es solamente una pequeña parte del dinero que se mueve alrededor de la náutica de recreo pero podríamos seguir nombrando infinidad de pequeñas y grandes empresas que viven de la náutica en general. Por ello se debe cuidar mucho a la industria náutica y dar facilidades para la apertura de negocios y la compraventa de barcos, no gravar con más impuestos ni generar comentarios demagógicos que no conducen a nada.
Mientras haya barcos de recreo, se mantendrán múltiples puestos de trabajo que en caso contrario irán desapareciendo.
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