EL BARCO-MUSEO (3)
Las velas gualdrapeaban perezosamente al compás de la casi inapreciable mar de fondo. El terral había amainado hacía un […]
Las velas gualdrapeaban perezosamente al compás de la casi inapreciable mar de fondo. El terral había amainado hacía un […]
El despertador sonó puntualmente a las cuatro. Pedro se desperezó en su litera. El techo reflejaba el agua de […]