Hablábamos en la última entrada en nuestro blog sobre la virada por avante, en la cual cambiamos de bordada, pasando la proa por el viento. En la virada en redondo, lo que va a pasar por la dirección del viento va a ser la popa. Esta maniobra la haremos cuando vamos navegando a un rumbo en el cual recibimos el viento entre el través y la popa y se gana mucho tiempo respecto a la virada por avante navegando a ciertos rumbos. Además debemos tener en cuenta que navegando con mala mar podría ser peligroso atravesarse a las olas con el riesgo de que una ola rompa a bordo y nos vuelque el barco.

Podemos distinguir entre la virada en redondo navegando con foque y mayor o con el “espinnaker” y la mayor. Lógicamente es más sencilla la maniobra con el foque porque ni siquiera hay que trasladarse a la proa, se puede hacer todo desde la bañera. En el caso de ir navegando con el spí, entonces deberá haber un tripulante en proa para manejar el tangón. Esto también ocurrirá si llevamos un foque atangonado a “orejas de burro”. Recordemos que el tangón es una percha similar a la botavara pero que sirve para mantener en su sitio al puño de amura en el caso del spí y al puño de escota cuando se trata de un foque.

En la maniobra de virada por redondo llamamos “trasluchar” al acto de pasar las velas desde una banda a la otra. Hay que vigilar atentamente la botavara de la mayor porque si el viento es moderado o fuerte, el golpe que produce al trasluchar puede ser muy violento. En este caso podemos frenar algo el recorrido cazando hacia la crujía del barco la escota todo lo que podamos, aunque estando preparados para largar la escota una vez haya pasado. Si no lo hacemos, corremos el riesgo de que el barco se vaya de orzada y se ponga proa al viento.

Veamos ahora cómo haríamos la maniobra con el spí. Tiene que haber dos tripulantes en proa, uno para cambiar el tangón de un puño al otro de la vela. Otro tendrá que estar en el palo para abrir el pestillo del tangón y que se pueda enganchar la braza nueva. Recordamos que la braza es una escota que permite “bracear” el tangón, es decir, orientarlo hacia proa o hacia popa (en los barcos de velas cuadras se utilizaba para bracear las vergas). Además, el tripulante en el palo tendrá que arriar el amantillo, que es el que sostiene horizontalmente el tangón, para que pueda pasar por la parte baja del estay de proa. Ese trabajo se hace a menudo desde la propia bañera del barco; todo depende de la distribución de la maniobra. En la bañera tendrá que haber un tripulante en la escota y otro en la braza. Como vemos, necesitaríamos cuatro tripulantes más el patrón para poder hacer holgadamente esta maniobra. Si son gente entrenada, con uno menos en la bañera nos podríamos arreglar porque el patrón puede encargarse de la escota de la mayor.

La maniobra comienza cuando el patrón dice “listos para trasluchar”. En ese momento los tripulantes de proa y de la bañera se colocan en sus puestos. Cuando el patrón da la voz “trasluchamos”, se comienza a cazar rápidamente la escota de la mayor, el tripulante del palo dispara el pestillo del tangón y arría el amantillo. Entonces el de proa pasa el penol del tangón bajo el estay y engancha la nueva braza, gritando “¡caza!” hacia la bañera, para que el que esté en la braza oriente el tangón al nuevo rumbo. Es importante que los tripulantes de la bañera mantengan el spí hinchado en todo momento para evitar enredos indeseados en el estay o en alguna driza del palo. El tripulante que controla la escota de la mayor deberá ir amollándola poco a poco, pero continuamente para evitar una orzada descontrolada.

La maniobra con el foque es parecida en la bañera pero totalmente diferente en la proa. Si el foque va atangonado y hemos tenido la precaución de preparar una braza en la otra banda, será similar a lo que hacemos con el espí pero primero habrá que disparar el tangón, arriar el amantillo para dejar pasar el foque por encima del tangón y después, una vez que haya pasado a la otra banda, engancharemos el penol del tangón en la braza, izándolo y ajustándolo al nuevo rumbo. En la bañera tendrá que haber también un tripulante en cada banda, aunque uno solo podría ocuparse de las dos escotas y del manejo de la braza, ya que es una maniobra que no requiere tanta rapidez ni sincronización.

En el supuesto de no utilizar un tangón en el foque, aún se simplificaría la maniobra más porque solamente habría que largar la escota vieja, dejándola un poco acuartelada para que el foque no se escape hacia la proa, y a la vez iríamos cazando la nueva escota hasta que haya pasado el foque a la banda y lo hayamos ajustado al nuevo rumbo.