Es curioso cómo el ancla es uno de los accesorios más asociados al mar pero por otro lado el menos marinero. Me explico: al fin y al cabo el ancla nos sirve para estar sujetos a tierra pero no para navegar, es decir, no es una herramienta que nos sirva para hacer avanzar al barco, sino todo lo contrario, lo agarra más a la tierra que queremos dejar atrás cuando salimos a la mar.

No hay más que mirar alrededor para darnos cuenta de que en muchos sitios vemos anclas dibujadas: en las banderas de compañías de navegación, en los botones típicos de los chaquetones y uniformes de marino, en banderas de clubs náuticos, etc.

Pero el ancla no es solamente un accesorio de maniobra básico para poder fondear, sino también un seguro para el barco siempre que esté lista para ser fondeada. Cualquier problema con la máquina o las velas y una costa a sotavento pueden suponer el fin en la vida de cualquier barco. Un ancla bien agarrada al fondo puede evitar que ocurra esto.

Existen unas tablas que indican el peso adecuado del ancla según la eslora pero también tiene una importancia enorme el diámetro y el peso de la cadena. Aunque parezca increíble, una cadena puede llegar a romperse debido al esfuerzo que tiene que soportar por los tirones. Pueden ser muchas las toneladas de peso que tiren de ella y no es lo mismo que un barco esté fondeado en una bahía resguardada a que esté recibiendo las olas en una costa abierta.

Es muy recomendable tener siempre lista el ancla cuando se hacen maniobras de atraque y desatraque en condiciones desfavorables dentro de un puerto. Habitualmente, los pantalanes de los puertos deportivos suelen tener una escasa separación y no habrá tiempo para destrincar el ancla y fondearla cuanto tengamos un fallo en el motor. En barcos mercantes es una norma básica tener el ancla lista cuando se atraca o desatraca en los puertos. Una largada rápida de la misma nos puede evitar una colisión contra otro barco que esté a sotavento.

También debemos revisar de vez en cuando el funcionamiento del molinete ya que si no lo utilizamos más que en verano es probable que no funcione debido al salitre acumulado. Darle unas vueltas de vez en cuando aún sin la cadena en el barbotén, es una buena práctica. Ahora que llega el buen tiempo es un buen momento para revisar toda la maniobra de fondeo y tenerla siempre a punto.